Todas estas propuestas tienen un eje central: las mujeres gitanas queremos cambiar. Todas juntas y sin miedo a la libertad. Estas jornadas han de conseguir que, desde las legítimas diferencias personales, desde nuestras creencias, desde nuestras vivencias, desde nuestras tradiciones, desde nuestras ganas de cambio, lleguemos a fórmulas conjuntas, a acuerdos de renovación, para que las mujeres más jóvenes y las mujeres más adultas seamos capaces de llegar a vivir nuestra condición de gitanas y de mujeres con la solidaridad más igualitaria con el resto de mujeres de nuestra sociedad.
Creación a través de la asociación cultural flamenco del norte de una escuela permanente de formación, que organice cursos, seminarios y jornadas para facilitar a las mujeres gitanas un espacio moderno y gitano de información sobre todos los aspectos de la vida social.
Propiciar cambios positivos en las dinámicas familiares, para que la mujer gitana pueda dedicar mayor tiempo a la formación y al trabajo externo.
Luchar por la igualdad de trato y de poder de decisión y para vencer los prejuicios de superioridad de los hombres frente a las mujeres gitanas a la hora de presentar propuestas y debatirlas, trabajando activamente para que haya una participación con igualdad de trato en todos los foros de debate.
Necesidad de aceptar los cambios personales y de grupo de cara a la comunidad y a la vida social gitana. Para ello hay que dar prioridad a los cambios personales, rompiendo con determinadas tradiciones que impiden el desarrollo y el crecimiento de las mujeres gitanas.
Para ello hay que saber distinguir con toda claridad qué es "tradición" y qué es "cultura" gitana, para resaltar lo realmente importante dentro de la comunidad gitana. Hemos de ser capaces de debatir con valentía cuáles son realmente los valores que sustentan la cultura gitana y aceptar nuestra propia pluralidad y hemos de ser capaces de tratar con valentía las costumbres negativas: ¿para qué sirve el luto, la mala educación en salud, la vinculación de la virginidad, el pañuelo y la boda, las venganzas familiares?
Hemos de aceptar que la realidad es cambiante y necesitamos ser capaces de expresar esa situación de cambio, por lo que las mujeres gitanas hemos evitar nuestra autocensura y, sabiendo que el avance está en nuestras manos, hemos de exigirnos a nosotras mismas el evitar los miedos y prejuicios como primer paso para conseguir la igualdad.
Las mujeres gitanas hemos de ser conscientes de la diversidad existente entre nosotras en función de nuestra edad, de nuestra formación, de nuestras experiencias personales, de nuestras creencias, de nuestra situación social...), pero hemos de saber respetar esas diferencias individuales para conseguir logros con juntos. Por eso, hemos de agruparnos y participar activamente en cuantas agrupaciones estén a nuestro alrededor.
Tenemos que ser capaces de asumir los riesgos, para que los cambios necesarios se puedan llevar adelante. No hemos de olvidar que ya gracias a la acción de unas pocas mujeres gitanas se están consiguiendo cambios para todas nosotras en campos tan importantes como la educación, la cultura, la sexualidad, el trabajo externo y la participación social y política.
Hemos de trabajar para implicar al mayor número posible de mujeres gitanas a fin de conseguir una gran unidad de criterios de acción para el cambio. Esta jornada puede servir para conseguir un posicionamiento claro y una unidad en los objetivos comunes para conseguir los cambios deseados. Pero hemos de asumir la responsabilidad de no ser "bien vistas" por el resto de nuestra comunidad gitana y hemos de aceptarlo en nuestro interior para seguir la lucha como mujer gitana, porque esa lucha nos permitirá conseguir importantes beneficios para todas las gitanas y para todos los gitanos.